El libido es un término muy conocido para designar al deseo sexual. En una mujer sometida a un ciclo sexual regular, el libido máxima se alcanza catorce días después de las reglas. En medio de este ciclo, un máximo de hormonas femeninas son secretadas. En cualquier caso, esto no ocurre siempre así en todas las mujeres. En cuanto al hombre, podemos decir que el libido es permanente y resulta de las excitaciones interiores, las fantasías y las pulsiones. Si el libido se enraíza en las emociones, en el cerebro, luego actúa sobre todo el cuerpo. De esta forma, el libido concierne tanto al cuerpo como al cerebro. EL libido es la base de nuestra salud hormonal que esta encargada de activar la sensación de bienestar, equilibrando nuestras actitudes y emociones .Para la medicina clínica, significa deseo sexual y su falta se asocia a una enfermedad orgánica o psíquica. La atención de pacientes con disfunciones sexuales es una prioridad. Alrededor del 37% de los varones que consultan reconocen tener algún problema en su desempeño sexual, incluyendo falta de deseo, disfunción eréctil, impotencia o eyaculación precoz. Una proporción similar de mujeres admite disminución del deseo o anorgasmia. Ambos casos deben ser tratados con seriedad y urgencia ya que se ha comprobado el grado de estrés, la baja autoestima y las depresiones crónicas que suelen presentarse como consecuencia de estas situaciones.
Toda alteración sexual tiene su origen en un problema hormonal. Estudios científicos comprobaron que el hipotálamo es la glándula cerebral que interviene directamente en el libido humana controlando la fabricación de todas las hormonas sexuales. Estudios realizados en hombres y mujeres sanos demuestran que a partir de los 50 años el apetito sexual disminuye con la baja de testosterona y la pérdida de masa muscular. El ejercicio diario y una correcta nutrición pueden prolongar la actividad sexual por muchos (y placenteros) años más. La testosterona, que tenemos tanto hombres como mujeres aunque en ellas aparece en menor cantidad es la hormona de la alegría, el afecto y la potencia sexual. También, es la culpable de que la mujer menopáusica sufra depresiones constantes, falta de energía, menor motivación, emociones negativas y una baja libido en la etapa de climaterio.
Las vitaminas A y E, el zinc, el cortisol, los estrógenos, la melatonina, la hormona de crecimiento, la progesterona, la testosterona y la vasopresina constituyen algunos de los nutrientes y hormonas esenciales para estimular una buena actividad sexual.
Sin lugar a dudas, se puede afirmar que el equilibrio hormonal es capaz hasta de salvar el matrimonio.
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