Incluir una porción de fibra en nuestra dieta puede traer consigo múltiples ventajas, ya que a pesar de no ser un nutriente, la fibra desempeña funciones fisiológicas sumamente importantes en el organismo, como la estimulación de la motilidad gastrointestinal, lo que implica una mejora considerable del proceso digestivo, la reducción de grasas y las evacuaciones regulares.
Existen dos tipos de fibras, entre las cuales podemos destacar:
- La fibra soluble: es aquella que podemos digerir fácilmente, y proporciona excelentes beneficios en lo que respecta al restablecimiento del tránsito intestinal. Este tipo de fibra se encuentra en generosas cantidades en la avena, la cebada, frijoles y legumbres en general.
- La fibra insoluble: no se disuelve en el agua, y por consiguiente, es eliminada por el sistema digestivo prácticamente intacta. Este tipo de fibra le otorga volumen a las heces, y ayuda a que los alimentos pasen más rápidamente a través del estómago y los intestinos. La fibra insoluble se encuentra predominantemente en nueces, salvado de trigo, cereales, pan integral, las verduras y granos integrales.
¿Te interesan los beneficios del consumo regular de fibra para la digestión? A continuación, te mencionamos algunos de ellos:
– Las dietas ricas en fibra proporcionan una mayor sensación de saciedad, por lo que su ingesta se recomienda ampliamente en personas que buscan bajar de peso.
– Reduce el tiempo de tránsito intestinal, y facilita la defecación al absorber el agua y formar heces menor duras, por lo que es muy útil para combatir el estreñimiento.
– Favorece la eliminación de grasas.
– Equilibra la flora intestinal, ya que al no ser digerida por el organismo, pasa intacta al intestino grueso, donde nutre a las bacterias beneficiosas que hacen vida en esa zona.
– Ayuda a la liberalización lenta y sostenida de la energía, lo cual estabiliza los niveles de azúcar en sangre a lo largo de la jornada.
– El consumo frecuente de fibra ayuda a regular los niveles de colesterol, lo que es estupendo para la salud cardiovascular.
En el caso de los adultos se recomienda una ingesta diaria de 25 gramos de fibra. La mejor forma de garantizar el aporte recomendable de fibra es consumir al menos cinco raciones de fruta y verduras al día, e incorporar en tu dieta la ingesta de cereales y pan o arroz integral.
Ten siempre presenta que, para potencializar los efectos de la fibra en tu organismo, es aconsejable que su ingesta se complemente con la toma de 8 vasos de agua diarios y la práctica frecuente de actividad física.
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— KLR Comunicaciones (@EstrategiasKLR) 27 de mayo de 2017